Hermana Cristina Gonzalez de la Riva.
Cada jueves santo el peso de Nuestra Madre de la Piedad marcaba tu hombro pues, con orgullo, sobre el llevabas a esta Madre con su hijo en brazos. Hoy esos brazos se abren para acogerte, y que descanses junto a su hijo.
En estos momentos de dolor, que esos brazos de paz y serenidad, se abran tambien para mitigar el dolor de tu familia, y tu otra familia, la de la bienaventuranza, la de La Piedad, el proximo año pujara por ti y en tu recuerdo.
D.E.P.