La Cofradía “Santo Cristo de la Bienaventuranza”, a pesar de su juventud (fundada en 1992) ha seguido la línea de las Cofradías mas antiguas de nuestra Ciudad, y ha cuidado con esmero las tradiciones en los actos mas representativos de la misma siguiendo año a año esas costumbres creadas, algunas desde el primer año de su actividad, y otras que han surgido en el paso de los años. Los actos procesionales organizados por esta Cofradía son dos, el Vía Crucis procesional en la noche del Sábado Santo y la procesión de las Bienaventuranzas en la mañana de Jueves Santo, ambos tienen un ritual establecido que se ha conservado y potenciado año tras año.
A primera hora de la mañana comienza la actividad de la Cofradía, los montadores y algún que otro hermano que año tras año nos acompaña se preparan para una de las tareas que más mimo y esmero necesita, bajar la cruz del lugar de presidencia donde está todo el año, para ubicarla en el altar mayor, donde reposará hasta la noche, para procesionar en el vía-crucis. Es el único acto en el que se utiliza la imagen titular de la Cofradía, ya que debido a su estado de deterioro en el año 1995 se realizó otra talla semejante a esta para procesionar el día de Jueves Santo. Cuidado y atención al bajar la talla pues debido a la ubicación de la misma, la envergadura y el no poder utilizar las paredes de la iglesia como apoyo, al tratarse de frescos y pinturas, entraña la dificultad de tener que bajarlo mediante horquetas y con el mimo de los hermanos que, año tras año, se acercan ese día hasta la Iglesia. El cristo permanece en el altar mayor de la Iglesia hasta la hora del Vía Crucis, un ramo de rosas rojas acompañan a la Cruz, recuerdo de la sangre de nuestro Señor. Este Sábado y previo a la realización del Via Crucis, tendrá lugar la tercera y última de las misas del Triduo en honor al Santo Cristo de la Bienaventuranza, que como preparación a la Semana Santa, desarrolla la Cofradía en su sede. La misma se aplicará especialmente por los hermanos fallecidos de la misma.
La Cruz de Difuntos
Al finalizar la misa el Secretario de la Cofradía procederá a leer el Orden de la Procesión, leerá la Placa con los nombres de los fallecidos de la Cofradía y el Abad colocará la Placa en la Cruz de Difuntos. La Placa quedará ubicada en la Cruz hasta la finalización de la Procesión de Jueves Santo y acompañará en las procesiones. Se invita a que la misma, si así lo desean sea llevada ese año por algún familiar del último fallecido. Esta tradición se marcó hace años, como un motivo más de recuerdo hacia aquellos que ya no podrán acompañarnos, pero que de alguna manera aun los sintamos con nosotros.
La Puja
La tradición marca que la Cruz, se pujará sobre los hombros de los braceros, desde el altar mayor de San Claudio, hasta su vuelta al mismo lugar, sin que repose en el suelo en ningún momento, realizando el cambio de bracero a voz del seise, sin que se pose en el suelo. El recorrido rememora el recuerdo del antiguo Monasterio sobre el que se ubica la parroquia, San Vicente Mártir, San Claudio, Doce Mártires, Monasterio, y el capellán fundador de la Cofradía (+), que en su recuerdo y por refrendo popular posee una calle en el Barrio, Párroco Carmelo Rodríguez . La puja de la imagen se realiza acompañada de “golpes de horqueta”, otro de los signos tradicionales característicos de nuestra Semana Santa.
Salida y llegada
La primera estación de salida de la Iglesia y la última, de entrada a la misma, es realizada siempre, desde el primer año, por los miembros del grupo de montadores de la Cofradía. El barrio recibe al cristo, dentro de la Iglesia, en silencio y en penumbra. Tradicionalmente los primeros años la entrada en la Iglesia se hacia a golpe de horqueta, pero desde hace unos años, se realiza con la interpretación de “La Madrugá” a cargo de un duo de violines lo que transmite aun mas intimismo y sobrecogimiento al acto.
La procesión de las Bienaventuranzas, en la mañana de Jueves Santo también cumple con una serie de tradiciones, algunas escritas y otras no, que se repiten año tras año. Incluso, con los cambios de recorrido que ha sufrido la procesión, hasta su ubicación definitiva tal y como hoy se realiza, esos cambios han modificado las tradiciones, en cuanto a la forma pero no en cuanto al fondo de la mismas.
Salida y llegada
El comienzo de la procesión siempre se realiza con una oración a cargo del capellán de la Cofradía. Una vez concluida el abad ordena “capillos abajo” y comienza la procesión. A su recogida, y una vez cerradas las puertas del patio del colegio de san Claudio, al que solamente acceden los hermanos de la Cofradía se repite la ceremonia, el capellán reza, esta vez en recuerdo de los hermanos fallecidos. A la conclusión y a la voz de “capillos fuera” concluye la procesión Paso de la Santa Cruz Una Cofradía joven tiene que alimentar la savia nueva, así esta Cofradía siempre ha tenido un paso “de niños”, una base, escuela y cantera de los que serán los futuros braceros de la misma. El paso de la Santa Cruz, que pujado por niños de 13 a 16 años, es una pequeña escuela de braceros, para que, imitando a sus mayores, tengan la sensación de llevar un paso sobre sus hombros. Se trata lógicamente de un paso de mínimo peso, pero que ponen su máxima ilusión año tras año. Los braceros de este paso, escogen también el paso que querrán pujar al cumplir los 16 años, y pasan a ocupar el lugar en la lista e ir adquiriendo antigüedad en la misma mientras pujan en este.
“Al cielo”
Una de las tradiciones mas representativas y características de esta Cofradía y por la que más se conoce es por este hecho que data también del primer año de su fundación. En un momento determinado de la procesión y al toque de llamador por parte del seise los braceros elevan el paso por encima de sus cabezas. Con el paso de los años la tradición se ha ido reservando este hecho como característico de la Cofradía y pasando de los primeros años que se elevaba varias veces durante el recorrido, se ha restringido únicamente al Pregón de las Bienaventuranzas, en la Plaza de Regla. Allí, frente a la puerta principal de la Ca64 tedral, el capellán procede a la lectura del pregón de las Bienaventuranzas. A la conclusión del mismo la Banda de la Cofradía interpreta una marcha y en el solo de la misma los braceros elevan los pasos. Es de reseñar que el paso de la Virgen de la Pasión, (Paso de Palio) no realiza este acto, limitándose a mecerlo durante el mismo El Levantar los pasos al cielo se repite también al paso de la procesión por Iglesia de San Claudio sede de la Cofradía.
Ofrendas florales
A lo largo del recorrido, cada paso de la Cofradía realiza un ofrenda floral en alguna capilla del mismo. Tradicionalmente, desde el primer año de procesión, la imagen de la Piedad realiza la ofrenda floral en la capilla del Cristo de fuera de San Martín, en la que los miembros de la junta de la Cofradía de Animas de la citada capilla presiden a su puerta el paso de la procesión. El Cristo, imagen titular de la Cofradía realiza su ofrenda en la Iglesia, sede de la misma. Esta ofrenda comenzó a hacerse con motivo de la sustitución de la imagen titular por una copia, por motivos de deterioro de la original, así desde ese año, al paso de la Procesión por la Parroquia, como seña de vinculación con la misma y de recuerdo a nuestra imagen Titular que se conserva en la citada iglesia se realiza un acto de nueva vinculación Cofradía-Parroquia. Para ello los curas de la Iglesia presiden a la puerta de la misma el paso de la Procesión y las muestras de vinculación mediante alzar los pasos al cielo al paso por la parroquia y el realizar una ofrenda el paso Titular hace un emotivo hermanamiento año a año.
Hermanos fallecidos
Al igual que en el Via Crucis, con la colocación de la Placa, se tiene en el recorrido de la procesión, un emotivo acto de reconocimiento con los familiares de los hermanos fallecidos tanto los del ultimo año como aquellos que siguen aun teniendo vinculación con la Cofradía. Unas flores, retiradas directamente del paso y una estampa de la procesión, entregadas por el seise del paso, hacen de este entrañable acto un recuerdo que año tras año se tiene con aquellos que nos acompañaron en nuestras procesiones.